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El por qué de nuestro nombre"francistico"

La persona de francisco de Asís siempre es motivo para la búsqueda de la reflexión, la paz, el bien, la tolerancia y otros valores correspondientes a esta espiritualidad. El blog se te ofrece sin distingos ni discriminaciones religiosas, políticas, étnicas y otras. Es para todos y todas. francistico es el paso en construcción de una andadura del pobrecillo de Asís desde nuestro suelo costarricense. Ven caminemos juntos, marcando pasos y dejando huellas de un caminar franciscano a lo"tico".


Las páginas sugeridas como material para consultar no siempre corresponden al criterio de este autor. Ellas son instrumentos para propiciar el debate y la reflexión; de manera que puedas aportar tus opiniones y reflexiones; permitiéndo la profundización de cada tema abordado.



En las siguientes imágenes se representan temas por exponer...¿cuál será tu aporte?

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septiembre 19, 2010

EL IMPUSIVO

Presento a ustedes la siguiente narración con la intención que ella pueda proporcionarles un espacio para la reflexión.


Se dice que una persona impulsiva es aquella que se deja arrastrar por las pasiones, por tanto: los impulsivos son irresponsables; al menos así suele encontrarse en un diccionario, entre otras apreciaciones. ¿Cuál diccionario? ¡Ahora no lo recuerdo muy bien!... Pero estoy de acuerdo con esa definición para poderme dar a entender. Si tú, que me lees, estás de acuerdo conmigo o no con ella… ¡Es otra cosa!
Este domingo escuche en misa la predicación. Se refería a Armando. Sólo que los feligreses no lo notaron. ¡Fuiste muy sutil! Sin embargo… “Quien nada debe, nada teme”. Él, sentado en la banca escuchaba también. Es decir, tus indirectas acostumbradas para continuar manipulándolo sicológicamente, controlarlo, aislarlo lo suficientemente de la fraternidad franciscana seglar y continuar manteniendo tu control sobre ella.
El respeto a la dignidad humana, los derechos humanos, el trato violento hacia los demás habían sido prácticamente el eje de tus palabras.
-¡Perdona, te lo confieso…! Me reí de ti. Tus palabras eran piedras que le lanzabas a él. Yo sólo te miraba y, en lo profundo y bajo de mí, te juzgué con el mismo derecho que lo hacías de Armando. Al fin y al cabo… hablabas de derechos humanos (si es que realmente conoces sus alcances), me apegué a las normas manipuladoras de tu juego con las personas. Sólo así te entendía y comprendía. Ambos, franciscanos, nos entendíamos. Estabas atento a buscarle su talón de Aquiles para justificarte y arremeter en su contra. Fue tu espejo denunciante porque te recordaba lo emanado por el Consejo Internacional de la Orden Franciscana Seglar, las directrices en cuanto a la formación de los seglares. Los superiores de las primeras órdenes franciscanas nos urgían su acatamiento y puesta en práctica. Era claro: No podíamos seguir atendiendo y formando laicos franciscanos seglares como si fueran hermanos nuestros de convento, había que respetar su propia condición de seglares. ¡Ese si que era un reto para ti! Estabas en la obligación de proporcionar un fraile como su asistente espiritual. O bien, asumirlo tú mismo.
-¡Ja, ja, ja ,ja, ja,! Eso, no lo vas hacer. Montaste tu agrupación paralela. La que pretendes hacer pasar, camufladamente, como fraternidad de la Orden Franciscana Seglar. A esa sí le das prioridad. Te ha servido para inflar tu orgullo y vanidad personal. Te proporciona la satisfacción de elevar tu ego y respeto humano. Satisface los requisitos de incrementar tu amor propio. Cosas que le cuestionas a Armando como poco o nada franciscanas; usando argumentos y formas medievales para ejercer tu poder y control. Te aprovechas de los referentes y representaciones sociales que, sabes bien, son modificables y, en nuestro caso, con la inculturación del Evangelio proporcionaría ese cambio, lo que aparentemente no haces. Ellas te favorecen, por eso sigues reforzando tu comportamiento. Te gustan las misas muy lucidas; quieres engalanar los aspectos litúrgicos, lo que no está mal. El problema es que para algunos feligreses la Iglesia es sinónimo del Reino de los Cielos y no su instrumento para llegar a él. Por lo que al salir del templo, después de haber participado en la misa… lo que está fuera de él es cárcel y no el lugar para hacer presente ese Reino. Se olvidan que esa es su misio (misa, misión) o, simplemente…no lo saben.
¡Pobre de ti…conviértete! La impulsividad…el impulsivo. ¡¡¡Armando impulsivo???
Sabes… él es más franciscano que tú y yo. Después que su hijo fuera abusado por un cura, prácticamente con el consentimiento de su esposa (de la que después se divorció), vivir en la soledad, abandono, cuestionado y culpabilizado; porque según los referentes… el chico fue el demonio que se le metió al cura cuando fue éste quien sedujo al chico. ¡Pero así es…el fanatismo religioso! y otras cosas más… Razón tuvo y tiene Armando de no buscarte como guía espiritual. ¡Sos un lobo disfrazado de oveja! Por insinuaciones de la curia… ¿Acaso tu acción no le “empata el partido” ante la percepción social, su condición éticamente sustentada al lado del cura pederasta para hacerlo ver como un mal padre, y que la culpa de lo sucedido es de él, la familia y no de ese sacerdote? ¿Acaso recibió el chico las atenciones sicológicas requeridas para estos casos como sí las recibió el cura? ¡Con qué dinero…podía pagar Armando y su familia los servicios profesionales para atender la situación de su hijo y las posibles consecuencias derivados de lo sucedido. ¡No no estabas encarnado en su situación! Jugaste a encarnarte y defender los derechos humanos de tus esbirros, miembros de la fraternidad que nunca encararon a Armando para enfrentar sus quejas y se refugiaron, para justificarse y apoyarte, en acciones superficiales propias del perfeccionismo medieval que tu consentiste y los defendiste. Y ¿El derecho a la defensa de Armando qué? ¿Y así hablas de derechos humanos y de dignidad humana?
Si nuestro Padre Seráfico (San Francisco) viviera hoy día: ¿Qué pensaría de nosotros sus frailes, con actitudes como las tuyas? Te defecas en la orden y en su espiritualidad. ¡Admítelo… eres un impulsivo! Me parece que tu impulsividad es peor que la de Armando. Y lo confieso… quizás la mía también.
Y en la habitación, sobre la mesa de un fraile, en un convento franciscano, quedó lo escrito… a la espera de ser leído por el impulsivo, con sus letras finales:”Se dice que una persona impulsiva es aquella que se deja arrastrar por las pasiones, por tanto: los impulsivos son irresponsables; al menos así suele encontrarse en un diccionario, entre otras apreciaciones.”
La puerta del convento se cerró tras Melchor, el viejo fraile y hermano lego que, con maleta en mano, se marcho enviado a otro convento, silenciado, como tantos otros por intercesión del impulsivo.

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