RELACIÓN DE FRANCISCO DE ASÍS CON LA FRATERNIDAD
(Una opinión personal de apoyo para la reflexión interior)
El significado de fraternidad nos refiere a la
unión entre hermanos o entre los miembros de una sociedad.
Cuando escuchamos el nombre de
Francisco de Asís salta a nuestra mente, según lo que quizá hemos podido escuchar
o leer: la imagen de un varón que ora, ama al prójimo(especialmente a los
pobres y la pobreza), de mucha penitencia, sacrificios y ayunos, contemplación,
meditación de la Sagrada Escritura, seguidor del Evangelio, amante respetuoso
de la Creación y de cosas que ocuparon un lugar y condición de hermano o
hermana. Lo que nos lleva a una conclusión
hermosa de una visión de fraternidad hacia varias direcciones y dimensiones:
1. Francisco y su relación
fraterna consigo mismo, su naturaleza humana, hasta llamar al propio cuerpo “hermano cuerpo”.
Un encuentro consigo mismo en un
continuo proceso de encuentro le
irá ayudando a conocerse así mismo, visualizar
flaquezas, debilidades y potencialidades humanas que como dones de Dios
le permitirán (dentro del contexto medieval) valorarlo y elevarlo a la
santidad, discriminando la soberbia y quizás, como se diría hoy día, de la
autoestima ¿Acaso los limites entre una
y la otra en caso de existir?
La muerte como
destino fatal para muchos será una vía que le permitirá a Francisco de Asís llegar
hacia el Sumo Bien. Ella será tratada
por él como hermana. Será parte de su
relación consigo mismo, hermana de su propia condición humana también.
2. Francisco y su relación
fraterna con Dios: Padre y hermano.
El hermano Francisco de Asís ha
sintetizado y asumido, desde la comunión con Cristo, los valores del Evangelio
que, transformándole durante su continuo proceso de conversión de vida le
transforma y fusiona con el Redentor y su obra redentora, restablece con él la
amistad, respeto, amor, confianza, fidelidad y ternura son sentimientos que le expresaba a Dios, quien era Padre y Hermano en la persona de Jesús que lo era todo para "el pobrecillo"... "Mi Dios y mi todo". El nombre de Jesús era motivo de arrebatos divinos y de encuento. La Eucaristía era su veneración profunda y la Sagrada Escritura fuente de inspiración para su vida. Su norma prioritaria era pasar del Evangelio a la vida y de la vida al Evangelio, como lo estipula en la Regla de su orden como consecuente manifestación de su fe y amor a Dios y entrega al prójimo y al mundo como fraternidad universal.
3.
Francisco y su relación fraterna con los demás, el prójimo: hombres y
mujeres.
Una relación prioritaria fue el
darse, ofrecerse a los demás,
especialmente los más necesitados: pobres, leprosos, enfermos del cuerpo y del
“alma”; aunque no fue una relación
excluyente; hombres y mujeres de diversos estratos sociales no quedaron fuera
del “corazón” de Francisco de Asís, quien consideraba que todos y todas eran
imagen y semejanza de Dios. Se solidariza con quien se le dificulta cumplir con
prácticas penitenciarias, mostrando su caridad y permitiendo la preparación de la mesa junto al
hermano de la fraternidad que difícilmente podía cumplir con el ayuno.
Una relación de reciprocidad
exquisita entre Francisco y Clara de Asís muestra una elevación de intenciones
que culmina en una unión espiritual y amor recíproco de hermandad entre ambos, a tal punto que no se
puede hablar de Francisco de Asís, dejando de lado la influencia de la hermana
santa; como tampoco podría hablarse de Clara sin reconocer la influencia de
Francisco en ella.
Vocación cristiana y libertad se
relacionan en Francisco de Asís que con su actuar se hace partícipe del Reino
de Dios como su hijo y, por su condición
de bautizado, destella como una luz
hacia el futuro para nuestro siglo las palabras de Juan Pablo II en su
encíclica Redemptor hominis, No. 21: “La vocación cristiana consiste en servir
y reinar de manera que siguiendo la actitud de Cristo se puede verdaderamente
reinar solo sirviendo. Esta misión de
Cristo está íntimamente unida al campo de la moral cristiana y humana. El principio de que todo cristiano en la
comunidad del pueblo de Dios construye el cuerpo de Cristo se debe aplicar a
todos los hombres sin excepción desde quienes ocupan puestos altos hasta
quienes desempeñan tareas humildes.
La libertad es un fin den sí misma y un don
cuando la sabemos usar responsablemente para todo lo que es el verdadero bien y su
mejor uso es la caridad realizada en la donación y el servicio, confirmando nuevamente que el
hombre es y se hace siempre la vía de la vida cotidiana de la Iglesia.
4.
Francisco y su relación fraterna con la Creación.
La búsqueda de Dios y el fusionarse a su voluntad lleva a Francisco a uno de los más bellos logros que toda persona envuelta del Señor complementa junto a las relaciones anteriores mencionadas. Toda creación adquiere una dimensión de hermandad, lo que conducirá a una relación de respeto y admiración.